Ayudar a los necesitados es un deber de toda la humanidad.
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Abu Dhar (C) narró y fue transmitido por Ahmad que el Profeta (PYB) dijo: “Cada alma tiene que dar limosna por sí misma cada vez que salga el sol.” Y dijo Abu Dhar (C): “¡Oh Mensajero de Al-lâh! ¿De dónde pago limosna y no tengo dinero?” A lo que respondió: “De las puertas de la limosna, está guiar al ciego, hacer entender al sordo y al mudo, indicar a quien busca algo el lugar de lo que busca, procurar severamente con tus piernas (es decir con toda fuerza), socorrer a quien pide el socorro y alzar tus brazos fuertemente en ayuda del débil. Todo eso se considera de las puertas de la limosna de ti y hacia ti mismo…”
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